Siscucha

Esta leyenda muy generalizada que cuenta de generación en generación, que adornan como un paisaje colorido a la comunidad de Pampamarca. Dice la leyenda así: En la época colonial las fiestas religiosas eran muy acentuadas, fiestas creadas por españoles. Había una familia humilde que se comprometieron a pasar el cargo popular del pueblo el 25 de julio “Patrón Santiago”. Tenían un sobrino llamado Siscucha que vivía en las alturas de Auquiato cuidando sus animales.

Este personaje había sido seducido por una “Dama” encantada muy hermosa. Siscucha ya vivía en el palacio encantado bien atendido, dice que ya hacia viajes por cereales en vicuñas…

Como quiera que el tío estuviera de cargo ofreció obsequiar dos toros muy bravos para que pueda disponer de ellos. Por fin llega la fiesta popular del pueblo, el joven se presenta muy temprano conduciendo dos toros de color blanco y colorado, con sogas de ichu brava (cceshua), la gente se mofaba al ver al conductor. El joven Siscucha advirtió a los laceadores a que no echaran lazo a sus cuernudos, sino él mismo los sacaría al ruedo; le toca salir al toro blanco el animal era un verdadero tigre que buscaba a la gente, nadie se atrevió a capear, cansado de dar vueltas en el ruedo se escapa por la esquina por donde había ingresado, a continuación le toca salir al colorado, igualmente bravísimo como el anterior, también se alista para evadir del ruedo por la misma esquina y lo logra, en el momento en que el toro saltaba la barrera, el laceador hecha el lazo en un solo cuerno y al jalar cae el cuerno del animal, que sorpresa al contemplar era de oro puro, si el lazo le hubiera cojido de los dos cuernos era fijo que se convertirse todo en el precioso metal, el animal blanco representaba la plata. Del oro que quedo mandaron confeccionar la Custodia con piedras preciosas.